viernes, 19 de marzo de 2021

TEXTO I (BÁSICO). Laura Jiménez Pozo

 TÍTULO: LA DISCIPLINA Y LAS APARENTES FRACTURAS EN LOS PRECEPTOS DE DISCIPLINAMIENTO ESOCLAR.


1. Cita: Rojas, Mauricio (2008). Sobre la disciplina y las aparentes fracturas en los preceptos de disciplinamiento escolar. Hologramática, Año V, Núm 8, pp. 51-69. 

2. Resumen: La disciplina escolar es responsabilidad con el conocimiento y responsabilidad social pensada como dimensión ética en los procesos de formación, es el centro ordenador de los procesos educativos y de formación de la subjetividad, y una condición importante para que el individuo asuma formas educativas por fuera de la institución escolar con responsabilidad ética. 

El presente texto, presenta algunas reflexiones sobre la denominada crisis de la escuela frente a las nuevas formas educativas, asumiendo que la disciplina y su escenificación, el disciplinamiento en contextos escolares, no solo es necesaria por cumplir con su función socializadora, sino además fundamental para que el individuo esté en capacidad de defenderse del uso arbitrario del conocimiento y de transitar más efectivamente por los nuevos contextos educativos sobre la base de una formación disciplinar que sirva de puente entre subjetividad, conocimiento y sociedad. 

3. Palabras claves: Disciplina escolar, disciplinamiento, crisis educativa. 

4. Conclusión: La escuela, la escolarización y la disciplina escolar, entendidas en el ámbito de las mejores prácticas educativas, no solo promueven la formación ética, sino además la posibilidad de que el individuo, como sujeto en interacción, tenga la capacidad de enfrentar selectivamente el universo de información disponible y el interés por el conocimiento como pleno ejercicio de la ciudadanía. 

La crisis de la escuela es el síntoma concreto que deviene del uso pedagógico de nuevos ámbitos sociales, especialmente en relación con la comunicación y la cultura y la eficacia de la capacidad de la educación de producir y circular discursos por fuera y por  dentro de la escuela indica que no necesariamente estemos previendo el fin de la escuela más bien, indica la necesidad de una transformación importante en las formas de escolarización. 

El mantenimiento de la función esencial de la escuela es el enfrentar el reto de la formación del ciudadano en las condiciones actuales sin que sea una responsabilidad exclusiva de la institución escolar, existen nuevos espacios educativos en la cultura cuya existencia no implica una revolución educativa o el fin de las disciplinas y la inutilidad de la escolarización. 

Por el contrario, la disciplina escolar, en su acepción moderna, refuerza la propia idea que intentan promover nuevas formas de construcción de subjetividad, en tanto realiza la socialización significativa del individuo, incluso a través de la cristalización de los enormes vacíos que dejan las tecnologías articuladas más al mercado que a la formación del sujeto. Pero no se le puede pedir a la escuela que solucione los vacíos pedagógicos de las nuevas formas de conocimiento, ni al profesor que se constituya en agencia social del cambio pues debe por lo menos mantener su esencia de formador en contextos escolares.

 La novedad de la crisis de la escuela está más ligada a nuevas expresiones de subjetividad y al uso de tecnologías de la informática y las comunicaciones que no están significativamente articuladas a los esquemas escolares, aunque la escuela también ha reaccionado, incorporando o negando, aquello que aparece como novedoso en la cultura. 

Las relaciones escolares se transforman necesariamente frente a los contenidos comunicacionales que aparecen como novedosos en la cultura y que configuran formas distintas de interacción intergeneracionales, docentes-estudiantes, adultos-jóvenes, expresadas como desvalorización del sistema escolar que imponía el mundo adulto al juvenil; no obstante, ese cambio en las formas de relación y de comunicación no implica una fractura en los preceptos de disciplinamiento escolar entendidos como responsabilidad con el conocimiento y responsabilidad social pensada como dimensión ética ineludible en los procesos de formación, donde los profesores juegan un papel esencial pues sirven de puente entre el conocimiento y la sociedad.


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