TEXTO I:
1. 1. Título
Equidad, género y Diversidad en Educación.
2. 2. Cita APA
Domínguez Márquez, Y, Gutiérrez Barroso, J & Góme Galdona, N (2017). Equidad de género y diversidad. European Scientific Journal, 7, pp.300-319.
3. 3. Palabras clave.
Equidad, género, diversidad, igualdad, políticas
4. 4. Resumen o abstract
La Educación debe ser buena para todos puesto que la escuela sigue siendo una vía para alcanzar objetivos valiosos en educación, tanto en el ámbito social como en el individual. La educación tiene impacto en la salud, en la participación política, en la igualdad de oportunidades, en el medioambiente, en la economía, la cultura, en la ciudadanía, en los derechos y en la distribución equitativa de beneficios sociales, (Pérez-Jorge, Márquez-Domínguez, Gómez-Galdona, De la Rosa-Hormiga & Marrero-Morales, 2016). La educación ofrece oportunidades a las personas para decidir sobre sus propias vidas, utilizar sus capacidades, cuidarse a sí mismas y cuidar de otros, mantener altas expectativas e intereses, y hacer posible su participación social y política. La educación, en definitiva, es una forma de hacernos libres y llenarnos de valores en muchos planos de nuestra vida. En este ensayo sobre equidad, género y diversidad en Educación, se expondrá, que hoy en día la escuela, la educación, a pesar de los avances y de las reformas educativas, poco tiene que ver con un modelo ideal de diversidad y género encaminado hacia la igualdad de oportunidades en educación, (Criado, 2004). Por tal motivo, y partiendo desde esta crítica postmarxista sobre lo utópico del idealismo en la igualdad de oportunidades de las reformas educativas (Criado, 2004). Se tratará de analizar el tratamiento que se está realizando desde las políticas públicas, y desde la escuela, acerca de la equidad de género y la diversidad contribuyendo, si cabe, al debate y reflexión sobre la conquista de una educación de calidad, e inclusiva, que sea capaz de dar respuesta a esta necesidad educativa de la diversidad en educación.
5. 5. Conclusiones
Partiendo de las definiciones e interconexiones entre los términos analizados en este ensayo, concluimos con la reflexión de que la equidad de género y la diversidad en educación necesitan de una atención especial dentro de las aulas. Requiere de una educación inclusiva que permita al alumnado, con cualquier tipo de diversidad, sentirse dentro del sistema educativo en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros, evitando cualquier tipo de exclusión. Sin duda, la educación inclusiva se ha impuesto como el modelo más equitativo por encima de la integración, puesto que, a diferencia de ésta, no sólo atiende al alumnado con necesidades educativas diversas, sino a todos los estudiantes, educadores, padres y miembros de la comunidad, (Pérez-Jorge, 2004 & 2010) de manera que se facilite el aprendizaje de todo el alumnado de manera integral. Se ha avanzado en legislación nacional, (a pesar de las reformas), acuerdos y compromisos internacionales que promueven la educación inclusiva, afirmándose el derecho de todos a educarse en la diversidad, con calidad y equidad, (Pérez-Jorge & Leal, 2011). Desde la declaración universal de los derechos del niño de 1990, hasta el foro consultivo internacional de educación para todos, del 2000, contemplan la necesidad de que en todos los países se atienda a la diversidad, asumiéndola como un valor y como un potencial para el desarrollo de la sociedad. La legislación española actual, de igual manera que la mayoría de la doctrina, están a favor de una educación inclusiva, que aglutina al modelo de educación integradora, trascendiendo del paradigma de que la educación se centra en la escuela y en las actividades que se realizan en las aulas, para defender la implicación de todos los agentes sociales dentro y fuera de la escuela, es decir, la comunidad en general (principio de co-responsabilidad recogido en la LOE 2006). Las sociedades democráticas se decantan por la aplicación de una educación inclusiva, (Pérez-Jorge, Gutiérrez-Barroso, Morales-León, & Marrero-Morales, 2016), que fortalezca la democracia, al alentar la participación ciudadana y el asociacionismo de toda la comunidad educativa: maestros, padres-madres de familia y alumnos. Fomenta las bases de una sociedad más tolerante, más abierta, a la que pueden pertenecer todas las personas, sin distinciones, donde las diferencias sean aceptadas como un rasgo de humanidad (Pérez-Jorge, Márquez-Domínguez, Gutiérrez-Barroso, Díaz-González & Marrero-Morales, 2016). De este modo, para fomentar el respeto a la diversidad y poner en valor la diversidad en sí, entendemos que extender, la apuesta del interculturalismo por el encuentro y la igualdad, no sólo a grupos étnicos distintos, sino también incitarla entre hombres y mujeres, pobres y ricos, payos y gitanos, obreros y empresarios, heterosexuales y homosexuales, jóvenes y mayores supone un output democrático en términos educativos.
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