La educación Intercultural.
Cita APA:
Sáez Alonso, R. (2006). La educación intercultural. Revista de educación, 339, (pp. 859-881).
Palabras clave:
Educación intercultural, integración, diversidad, intercambio e interacción, competencias y habilidades interculturales.
Objetivos de la investigación:
Saber qué es la educación intercultural.
Lograr una comunicación humana plena.
Metodología:
La metodología empleada para el análisis de este artículo de investigación trata de describir la sociedad actual en la que vivimos a través de la observación y estudio de los conceptos de cultura y educación . El cultivo metodológico del diálogo, está focalizado en la centralidad de cada ser humano y en la aceptación de las diferencias como factor de maduración.
Indicar cómo se han obtenido los datos de dicha investigación:
Los datos de esta investigación se han obtenido mediante la búsqueda y análisis de diferentes conceptos a tratar relacionados con la educación intercultural y la sociedad actual.
Resumen:
Este artículo tiene como objeto responder a la pregunta ¿qué es la educación intercultural? Para ello se detiene en describir la sociedad actual que ha llegado a ser de hecho multicultural. Se analizan los conceptos de cultura y educación; la cultura, como forma dinámica de ser y la educación, como desarrollo pleno de la personalidad humana. La educación intercultural se caracteriza por el intercambio y la interacción y favorece el desarrollo personal humano, para lo cual debemos adquirir unas competencias y unas habilidades interculturales.
Introducción:
Las cuestiones a las que nos vamos a referir afectan a todos. Toda la sociedad está implicada, por un motivo o por otro, y sufre las consecuencias, porque le repercuten prácticamente en todos los componentes de la vida. El fenómeno de la inmigración y los flujos migratorios constituyen un importante reto y una creciente preocupación para nuestra sociedad. La existencia e incremento progresivo de una sociedad culturalmente pluralista está requiriendo, entre otras muchas, una respuesta educativa adecuada; una educación que supere el ámbito escolar y conecte con la realidad social circundante, pues un número cada vez mayor de personas, no sólo ni exclusivamente del ámbito escolar educativo, demanda estrategias para afrontar el reto de una sociedad más diversa desde el punto de vista étnico y cultural.
Nos encontramos ante una sociedad en continuo proceso de construcción. Sobre las bases tradicionales se van edificando nuevas estructuras, gracias a la aportación de las diferentes culturas. En este proceso, comparten protagonismo tanto las personas y los grupos que se incorporan como los que ya forman parte de la sociedad de acogida, cada cual con sus características determinadas y compartiendo un espacio común. Es un problema cuya resolución con éxito entraña cierta dificultad para resolverlo exitosamente y es necesario contar con análisis que permitan entender las claves del fenómeno de la educación intercultural sobre las que se quiere actuar.
En este artículo, describiremos el tema de la educación intercultural como un enfoque configurador de un proceso educativo en orden a lograr una comunicación humana plena, dentro de una sociedad que ha llegado a ser intercultural de hecho y a través de una adecuada competencia intercultural. El texto que sigue explora estos principios estableciendo cuatro líneas de estudio. La primera se centra en pensar sobre las migraciones y la sociedad actual. La segunda examina los conceptos de cultura y educación. La tercera considera que la educación es una realidad dinámica y por eso participa como factor de transformación social a través de la educación intercultural. Finalmente, la cuarta presenta las competencias y habilidades interculturales necesarias para manejarse en la nueva educación.
Conclusiones de la investigación:
Al presentar lo que entendemos por educación intercultural, aquí y ahora, y al describir las competencias y habilidades interculturales, no pretendemos acentuar los aspectos cognitivos de las mismas. No se trata de conocer y respetar las ideas, creencias, tradiciones y lenguas de una comunidad, es decir, la cultura del otro, haciendo abstracción o relegando a un segundo plano al sujeto concreto que está detrás de la cultura. La educación intercultural no se puede reducir a entender y comprender las culturas en contacto ni la educación intercultural es sinónimo de acumulación de conocimientos y erudición sobre una determinada cultura.
La meta de la educación intercultural no es aprender la cultura del otro, por muy interesante y necesario que sea, sino aprender a partir del encuentro con él como sujeto individual y diverso que es, teniendo en cuenta, sobre todo y al mismo tiempo, que es miembro de la humanidad. La educación intercultural hay que enseñarla. Y, por lo tanto, necesitamos aprenderla. Ese enseñar, sin embargo, no ha de consistir en llenar de cosas, conocimientos, un saco vacío. Una persona, culturalmente afectada, nunca está vacía. Tiene ya su propia vida. Enseñar consiste en compartir lo que cada uno sabe para permitir al otro que lleva el saco poder probar la vida de forma más rica, más diversa y más civilizada.
La educación intercultural implica un reconocimiento recíproco del hombre por el hombre. Supone no reducirlo a una cosa o un objeto de conocimiento, sino reconocer que la diversidad es algo intrínseco a la naturaleza de la persona. Parte del planteamiento de que lo sustantivo es la interacción. Reconoce que lo cultural es necesariamente un fenómeno interactivo donde es imposible poner barreras. Finalmente, expresa un propósito: establecer un marco de relaciones entre distintos grupos y distintas personas que conviven, se conocen y se comunican en un plano de igualdad.
El reconocimiento al otro pasa a ser la clave de inicio y el punto de llegada de la educación intercultural. Un reconocimiento activo, respetuoso y solidario. Un contacto de este tipo con los otros diferentes culturas puede suponer la revisión y autocrítica de nuestros componentes culturales, así como la integración de otros nuevos valores. La nueva educación, la educación intercultural, encierra un tesoro. Es necesario lanzarse a descubrirlo para vivir la vida de forma más rica, más diversa y más civilizada.
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